domingo, 7 de julio de 2013

No es porque no supieras lo que es el amor

No es porque no supieras lo que es el amor. Todos lo saben, es una extensión del cuerpo pero te sumerges en la locura olvidándolo y solo lo recuerdas como un holograma, como un órgano perdido durante alguna guerra.

Tampoco es porque yo sea poeta y te dibuje todos los días en mis versos. Coger las palabras con una red o con el propio corazón para hacer arte lo que ya es una obra maestra, para mí, es la pasión más increíble que pueda concebir un poeta.

De ninguna manera es porque sea verano y la brisa del mar juega con tu pelo para esconder tus labios. En ese juego, toco lentamente, tus cabellos como si fuera la primera vez y la última, los acaricio con cariño como teclas de un piano para jugar con tus labios, para esperar la llegada de tu rostro.

Inaceptable que me culpes por no querer verte desnuda, sí conozco cada lunar, cada peca, cada historia que endulza tu cuerpo. Simplemente llego al orgasmo con cada sonrisa que me dedicas.

Es porque no sabes lo hermosa que eres.

Las caderas anchas, los senos, las piernas cortas, son medidas inventas por el instinto sexual de cada hombre insatisfecho. La belleza es la magia que se desprende al mirarnos desesperadamente, quietos, aguantando el desgarrador deseo de besarnos, aguardando que por fin uno se decida a entregar sus sedientos labios para que por fin esta historia se termine, y en el último segundo, en el último momento del tiempo, de nuestras vidas, tú decides abrazarme, un abrazo que duré para siempre, para poder seguir con algún mañana, otro capítulo de nuestra historia, para poder sostenerte, aferrarte a algo, cuando los tiempos de delirio lleguen. Ese acto sublime que realizas, es la verdadera esperanza que todo hombre debe de sentir en cada partícula de su cuerpo, en cada decisión, en cada acto de amor.