sábado, 23 de febrero de 2013

1819-1892


Los chicos perdidos me presentaron a Whitman,
el único poeta sin resentimientos, me contaron.
Desde entonces honre las pasiones,
a pesar de  la soledad que vivió,
en medio de las guerras inmutables,
él gritó: Somos seres llenos de pasión.
Ni siquiera con los milenios que han pasado,
ni siquiera con la meditación de Buda,
ni si quiera con las monstruosas cabezas gigantes,
que con el poder de la imagen, llenan de falacias,
ni si quiera, cargando versos de piedra,
se pueden, señores y señoras, eliminar las pasiones.
América sueña a Whitman,
yo sueño a Whitman: el poeta más sincero, el mejor poeta,
oh capitán, mi capitán,
los cuerpos no sirven sin pasiones, capitán,
24 mil poros que tiene el hombre y se niega amar,
sabiendo que cada átomo que tienen, lo tiene el otro.
Aunque prefiera la imposibilidad,
aunque las noches nos enreden,
aunque vengan arañas silenciosas,
aunque vivamos entre poetas muertos,
hay pasiones.
Porque yo levanté hojas de hierba y las arroje ,
justo en tiempos de otoño,
y volaron como mariposas recién nacidas.

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